Simón Bolívar en Trujillo



Fragmento del libro "Origenes trujillanos" de Amilcar Fonseca.

El encuentro de los frailes.

1820. “El 1 de octubre entró en Mérida con solo su estado mayor; el enemigo había evacuado la ciudad el día anterior, y apenas llego La Guardia se continuo activamente la persecución. Los realistas en su rápida retirada sufrieron mucho, y no pararon hasta no verse fuera de los límites de las provincias de Mérida y Trujillo. Los independientes, después de reposar un tanto en la capital, siguieron avanzando. El Libertador, que iba en la vanguardia encontró a dos leguas de Trujillo una comitiva de reverendos monjes que venían a felicitarle. Estos piadosos patriotas, sin hacer caso de la fuerte lluvia que caía apenas divisaron a S.E., se desmontaron de sus gordas y briosas mulas, y al acercárseles el Libertador, un miembro de la comunidad le dirigió un discurso, al que ni la misma inclemencia del tiempo hubiera puesto fin, si Bolívar, con su genial viveza no le hubiese cortado la palabra al oírle decir, no habrá sacrificio que la comunidad no esté dispuesta a hacer por Colombia y su Libertador. ‘El más grato servicio que podéis hacernos ahora, reverendos padres, dijo al orador es someteros a la privación temporal de esas buenas mulas en que habéis venido, hemos hecho una larga jornada y nuestros caballos están tan cansados como nosotros; no os molestéis, os lo suplico en acompañarnos al paso de vuestras mulas´. Los monjes confundidos, con muchos suspiros y no pocas venias, consintieron en desmontarse, y el Libertador con su séquito pudo hacer el viaje con toda comodidad”.

De las negociaciones de Trujillo.

“El teniente coronel Pita, adjunto al estado mayor de Morillo, fue enviado por éste, con pretexto de acompañar a un parlamento independiente que regresaba a Trujillo, pero con el verdadero objeto de sondear al Libertador, con respecto a la negociación pendiente. Este oficial fue recibido con la misma cortesía y hospitalidad con que Morillo trataba a los edecanes de su rival, y naturalmente fue invitado a la mesa del Libertador. En el curso de la conversación, Pita dijo que, estaba autorizado por el general en jefe para informar al Libertador, de que si volvía a sus posiciones en Cúcuta; se facilitaría mucho la negociación. ´Diga U. al general Morillo de mi parte, contestó el Libertador irritado, que el se retirará a sus posiciones de Cádiz antes que yo a Cúcuta, dígale U. también, que cuando fugitivo de mi patria, mientras él la estaba oprimiendo a la cabeza de un ejército numeroso, envanecido con sus triunfos, yo acompañado por unos pocos poscritos, no temí buscarle; y que cuando apenas tenía a mis órdenes unas pocas guerrillas, jamás me retiré sino disputando el terreno palmo a palmo, y por último que hacerme semejante proposición, ahora que cuento con un ejército más disciplinado y numeroso que el suyo, es un insulto que yo devuelvo con desprecio”. 

Publicar un comentario

0 Comentarios