Foto: @eberthrosales |
Por Daniela Testa
En el Jardín de Venezuela se encuentra uno de los atractivos naturales más importantes del estado Trujillo, una laguna escondida entre Cedros al que van observadores de aves de todo el mundo a admirar las especies.
La laguna recibe su nombre por la cantidad de árboles Cedro que la rodean, además de ello cuanta con diversidad de plantas y flores que decoran a lo largo y ancho el mágico lugar.
La flora y la fauna natural que allí habitan se encuentran protegidas por el Instituto Nacional de Parques (Inparques).
En el puente apostado en uno de los extremos del gran pozo, una garza blanca posa para los visitantes, además el clima de montaña enamora a los turistas.
¿Encantada?
Como parte de la cultura ancestral del gentilicio boconés, se mantiene la creencia y admiración a los momoy, quienes según los pobladores se encargan de proteger y conservar la Laguna de los Cedros.
Jóvenes, niños, adultos y ancianos tienen alguna historia que contar sobre los momoy, y su aparición en los ríos de Boconó, así como también están dibujadas en las obras de los artistas locales.
¿Cómo llegar?
Para llegar a la Laguna de los Cedros, debe dirigirse a Boconó y llegar hasta el MTC, allí es mucho más sencillo que pregunte a cualquier persona del pueblo y le indicarán qué camino tomar. La carretera a la Laguna es bastante angosta por tanto es recomendable que conduzca con cuidado ya que en temporadas altas muchos carros suben y bajan por ese camino.
¿Qué hacer?
Si solo desea ir un día de paseo, puede hacer un picnic, una parrilla o un zancocho delo más cómodo en los bohíos que están habilitados para los turistas. Entemporadas altas, muchas personas reservan ya que la laguna está concurrida la mayoría del tiempo.
Puede verse a las personas descansando en el verde pasto a orilla de la Laguna, disfrutar en familia, comiendo, durmiendo o simplemente observando la maravilla del lugar. Es sin duda un sitio de relajación.
En lo que hoy se conoce como laguna de Los Cedros, había una hacienda dedicada al cultivo de maíz y arvejas, el sector llevaba el nombre de “Barranco azul”.
Meses después, durante el gobierno de Raúl Leoni se comienza a gestionar el arreglo de la vía que conduciría al lugar.
Para 1988, la laguna de Los Cedros queda en manos del Instituto Nacional de Parques (Inparques), quienes destinaron su uso para fines recreativos.
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