5 datos sobre el Ferrocarril de La Ceiba



Por Daniel Testa


En la historia quedaron plasmados aquellos días en los que el sonido del Ferrocarril de La Ceiba despertaba todo a su paso, los motatanenses recuerdan cómo aquella máquina trajo tanto desarrollo para la tierra de la caña, la piña y el tambor y para la región.


El Siervo de Dios viajó en el Ferrocarril:


Jose Gregorio Hernandez
Foto: La Arepa En Linea


Luego de haber estado en Europa donde hizo estudios y se le encomendó traer la dotación para el
Hospital Vargas de Caracas, de paso hacia el terruño al no más desembarcar en La Ceiba, aquel mismo año 1888, se subió al tren que además de causarle emoción le ahorraría el sacrificio de otros tiempos cuando camino de Isnotú, su pueblo natal en las serranías trujillanas, las bestias y el andar riesgoso y cansón, dominan largas jornadas.


El encuentro con el moderno medio de transporte establecido por iniciativa del señor Roncajolo ocurre justo cuando estaba desatada la mortandad desencadenada por la fiebre amarilla a cuyas víctimas el doctor Hernández le dispensa los auxilios a su alcance como médico y buen samaritano que era.


Transportó el monumento de Bolívar y Morillo:


quien fue simon bolivar
Foto: Diario Los Andes

En 1911, el escultor marabino Pedro José Rojas recibió en la estación de Motatán el monumento conmemorativo del Abrazo de Bolívar y Morillo que sería instalado en Santa Ana, municipio Pampán. Esta obra fue esculpida en Paris por Lorenzo González.


Se pensaba construir una estación en Valera:


Trujillanizate
Foto: Rafael Ángel Terán 

En los planes de la vía férrea figuraba la construcción de una estación en el municipio Valera, sin embargo esta nunca se realizó, muchos afirmaron que la falta de una estación en la ciudad de las siete colinas retrasaba el desarrollo agrícola y pecuario en la urbe de Mercedes Díaz.


Muchos se oponían a la construcción del Ferrocarril:



Los dueños de arreos de mula y de posadas se oponían a la construcción de la vía férrea, colocaban piedras, alambres y hasta clavos en el enrielado, incluso causaban daños a las líneas telefónicas.


El mejoramiento de carreteras contribuyó a su cierre:



El 31 de agosto de 1941 el Ferrocarril de La Ceiba cesó sus actividades, la vía
Motatán - Palmarejo fue mejorada, lo que permitió el uso de vehículos automotores y la construcción de la carretera Mene Grande – Motatán contribuyó aún más a su desaparición.


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