Entre nubes y motañas,
San Miguel, parece haber quedado congelado en el tiempo, a diferencia del
bullicio de las ciudades, este pequeño pueblo andino a 35 minutos del centro de
Boconó se muestra tranquilo, silencioso y muy acogedor.
El
pueblo de San Miguel, es uno de los sitios más visitados del estado Trujillo,
gracias a su característico clima de montaña, con increíbles paisajes y la
atención amena de sus habitantes, que en algunas ocasiones suelen ser un poco tímidos
ante la vista de los extraños pero en realidad son personas muy amables,
respetuosas y bastante trabajadoras,
toda su vida depende de la producción agrícola.
Este
paraíso de montaña, marcó un hito en su historia gracias a su antigua iglesia
ubicada en el corazón del pueblo, cuando en 1960 fue declarada monumento
histórico nacional, convirtiéndose en uno de los principales atractivos
turísticos. Solo basta estar en el pueblo para sentirse rodeado de historia,
cultura y buenas costumbres.
El
templo llamado “San Miguel de Boconó”, permanece como refugio de Santa
Apolonia, San Francisco, Santa Lucía y San Isidro, tallados en madera y
convertidos en protectores de todos sus feligreses.
@fotosdelpueblo |
Entre
sus principales festividades religiosas está la fiesta de los Reyes, que se
celebra cada 6 de enero y que además, es una tradición de más de 400 años. Se realiza en honor al niño Jesús. Todo comienza
cuando los Reyes Magos bajan desde la Loma de San Miguel y de Cabimbú para
encontrase en el casco del poblado con
los pastores y así iniciar los tradicionales bailes.
San Miguel puede
convertirse en el destino ideal para quienes buscan vacacionar en un lugar
tranquilo y con el clima ideal.
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