Ismael
Urdaneta, tuvo un hábil manejo de la pluma, fue un activo periodista y miembro
de la legión francesa que lo llevaría a batallar en la guerra mundial. Su
trágica muerte eclipsó durante un tiempo la célebre obra de este venezolano.
Escrito
por David José Rojo
Ismael
Emilio Urdaneta Paz, nació el 4 de marzo de 1885 en la zona petrolera de
Moporo, en el estado Trujillo. Del lugar donde nació siempre diría que fue
“accidental”, siempre se sintió zuliano y así se presentaba en los grandes
círculos sociales que conocería con el tiempo.
Con 23 años,
fundó la revista Élitro, y publicó su primer poemario Corazón romántico. En
1909 marcha a Caracas para estudiar derecho en la Universidad Central de
Venezuela.
En Caracas,
publica esporádicamente en la revista El Cojo Ilustrado.
En el año
1910 obtiene el primer premio del certamen de verso y prosa promovido por la
Gobernación del Distrito Federal en honor al centenario del 19 de abril de 1810
por su poema Los Libertadores.
Su poema Los
Libertadores fue dedicado a Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Antonio José
de Sucre, entre otros.
El
periodismo lo lleva a conocer el mundo
Ismael
Urdaneta impulsado por un espíritu aventurero, y tratando de zanjar las
inquietudes intelectuales que lo acompañaban, decide viaja a Barbados, Brasil,
Argentina y Uruguay. Sobre esto escribiría en su poemario macte animo:
Aquel
viril deseo
de
aventura y peligro, de andanzas y fiebre loca,
me devora
la entraña —¡buitre de Prometeo! —
atado a
mi destino como el otro a su roca.
El 7 de
enero de 1911 comienza a trabajar en el periódico La Prensa.
En
Montevideo, trabaja en el rotativo El Día, escribe en La Semana, y es uno de
los fundadores del famoso diario del Plata de Uruguay. Diría de él Jesús María
Seprum:
Parecía
destinado entonces a ser uno de esos reporteros contemporáneos que nos cuentan
con elegancia y amenidad, y casi siempre con menos exactitud que imaginación,
la vida de las ciudades y pueblos grandes o pintorescos o simplemente remotos.
Viejo
continente, ingreso a la Legión Extranjera de Francia
En 1912
Ismael Urdaneta llega a España como corresponsal del diario del Plata. Se
encargaría de escribir reseñas sobre las ciudades de Cádiz, Barcelona y
Valencia.
Colabora en
El Mercantil Valenciano, y en Madrid lo hace con los diarios Blanco y Negro,
ABC y El Liberal. Llega a París en 1913.
En el año
1914, con la Primera Guerra Mundial asolando a toda Europa, se une a la Legión
Extranjera de Francia y lo destinan al Primer Regimiento Extranjero acantonado
en Bel-Abbés.
Cinco
años tocando a fondo el horror de la Guerra Mundial
Ismael Urdaneta
estuvo en Bel-Abbés, en la península de Gallipoli en Turquía, donde en 1915
combate y es herido por una bala que le destroza el oído izquierdo en la
Batalla de los Dardanelos.
Luego marcha
a Orán en Argelia, a Bizerta en Túnez.
En 1916 es
herido de nuevo en la Batalla de Verdún al nordeste de Francia contra la
invasión alemana. Esta batalla es considerada la más larga y la segunda más
sangrienta de toda la Primera Guerra Mundial. Dado los muchos días que pasó en
las trincheras, le amputaron el pie izquierdo por Gangrena.
Ismael
Urdaneta demostró coraje y siguió peleando en Alejandría, Egipto, en Serbia y
Ucrania. El final de la guerra lo recibió en Argelia, que en ese entonces era
parte de Francia.
Pruebas de
su ardor y valentía son las cuatro medallas de honor que recibió: la Medalla
Interaliada, la Cruz de Hierro, Medalla de Verdún, Distintivo de Herida y el
Cordón de Honor al Mérito de la Legión Extranjera, y una distinción del coronel
Geay, jefe del Regimiento.
El amor
le llega desde un convento
Sin una pierna,
sordo de un oído y con los recuerdos de una sangrienta guerra, conoce a Teresa
Pascott mientras es atendido en el hospital de la Costa Azul.
Ella era una monja que dejó los hábitos para casarse con él. Hecho que ocurrió en 1921. De ese amor nacerían Emiliana y Arístides.
Ese mismo
año Urdaneta Paz decide regresar a Venezuela, lo hace, pero sin su mujer ni
hijos, llega sólo a un país que lo espera con los brazos abiertos.
Apoteósica
llegada a Venezuela, triste desenlace de su vida
Caracas
aclama a su héroe internacional, es recibido con los honores que merece. Luego
marcha a Maracaibo donde la celebración dura días.
Es recibido
en su siempre amada Maracaibo el 17 de agosto de 1921, con un acto en el teatro
Baralt a casa llena. En lugar estaría presente el presidente del Zulia Vicente
Pérez Soto. El 12 de noviembre del mismo año es recibido en el Teatro Nacional
de Caracas.
Luego de
todos los actos, es olvidado en su misma tierra, decide volver a Europa para
convencer a su mujer e hijos de regresar con él a Venezuela, pero fracasa en su
intento. Vuelve a caminar las calles de París, pero esta vez como un héroe de
guerra, inválido y enfermo.
Luego de
pedirle un café a su madre, se suicida de un disparo en el corazón el 29 de
septiembre de 1928.
Así fallece
un trujillano que no quiso serlo y que navegaría por los pasajes de la historia
sin saberlo. Ismael Urdaneta murió creyéndose un fracasado, sin saber que para
su pueblo era un héroe atormentado.
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