Marcos Villegas |
Valera, nombre de mujer, con un buen lejos y un increĆble cerca, tan parecida a sus habitantes; con detalles odiosos y caracterĆsticas muy hermosas; asĆ como cualquier ser humano, 200 aƱos de historia, pasamos de un clima templado a un calor que a veces no soportamos; como me hubiese gustado verte en aquellos tiempos donde las promesas se cumplĆan, verte empoderada y brillando como las monedas que hoy ya no existen.
El hospital universitario y el seguro social, que a muchos nos viĆ³ nacer y a otros morir, hoy siguen siendo parte de esta historia, ya perdĆ la cuenta de las veces que los he pisado por algĆŗn dolor; asĆ como perdĆ la cuenta de la cantidad de veces que gritĆ© el "Vamos, Vamos Guerreros" en el poli antes y despuĆ©s de aquella tragedia de amaƱos que rompiĆ³ mi corazĆ³n, incluso las veces que lloviĆ³ encima de mi, mientras caminaba la Av. Bolivar.
Especialmente cuando las bancas del Iglio o Edivica fueron testigos de tantos besos, claro acompaƱados de un helado del kiosko del boulevar -me gustaba el de Yogurth y uva- o una barquilla de los 3 continentes, para despuĆ©s de grande tirarmela a riquĆllo y cambiar a Nonotello.
Ir al CC Plaza nos sacaba de apuros para cualquier salida; los lunes o los jueves "era mĆ”s barato" decĆan algunos.
Cuando al salir de clases me iba a jugar en aquella techada de "La Beatriz" o en la "Padre Blanco" esa que nos dejaban entrar, porque decĆa el director -prefiero que jueguen fĆŗtbol, a que estĆ©n de ociosos porai.
Las noches de sintƩtica o los viernes de campeonato en Bella vista, no me olvido del vendedor de libros del Boulevar, que tiene mƔs aƱos que Matusalen, pero que sigue quitƔndome dinero a cambio de aprendizaje en un libro deteriorado.
Mis padres me hablaron de un "arepazo del pollo" y que en la "Romanisima" se vendĆan las mejores pizzas de Valera; asĆ como tambiĆ©n me dijeron que en "La Pergola" se rumbeaba con calidad - los viejos eran tremendos-.
Cuantos carnavales no pasamos en la Ganadera? cuando venĆa la feria y se quedaba por varios meses.
Yo cuento lo poco que he estado aquĆ, esperando que cada uno la vea a su manera; y se anime a decirme que ha vivido.
Los espero en los 200; porque Valera es tan mĆa, como tuya y es tan nuestra como ninguna.
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