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La región Andina y el Estado Trujillo esconde un sinfín de lugares donde prevalecen tradiciones y costumbres, que, con el paso del tiempo quedan como legado para las generaciones futuras, como es el caso de la peregrinación hacia el Santuario de Nuestra señora del Rosario de Durí en el “Valle de Durí”, que por 20 años ha reunido y seguirá reuniendo a los habitantes de las tierras altas Trujillanas.
Largas horas de camino, cansancio físico y agotamiento son causados por la ubicación
geográfica, pero no son impedimento para que los miles de peregrinos que parten en horas de la noche sean recibidos en la mañana con mucha fe, devoción y regocijo en el santuario para elevar sus plegarias.
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Su nacimiento data al año 2000, y surge gracias al Presbítero Rafael Salas; ésta se realiza el último sábado del mes de Enero, y, congrega todas las parroquias del Municipio Urdaneta Tuñame, Las Mesitas, Cabimbú, Jajó, Boconó, Tostós, Niquitao, así como Valera, Carvajal, Trujillo y Buena Vista.
Esta es una devoción y tradición que va más allá de las fronteras Trujillanas y también llegan peregrinos de distintas partes del país como Timotes, Arapuey y Pueblo Llano pertenecientes al Estado Mérida, Barinas, Caracas, Portuguesa, Maracay, Barquisimeto, San Cristóbal y de la Región Sur del Lago de Maracaibo.
El Santuario de nuestra Señora del Rosario de Durí se ha convertido sin duda alguna en el epicentro de peregrinaje y oración más grande hacia la devoción Mariana de los páramos
Trujillanos, y en donde se evidencia sin duda alguna la unión y la esperanza de un pueblo que se ha mantenido con el pasar de los años.
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Trujillanizate y mantén tradiciones como éstas, que perduran en el tiempo y traspasan
fronteras.
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