Un cepillado a la vez



Valera, por acá paseamos a diario, para distraer nuestro espíritu incanzable y donde viven los sueños de aquellos que la edad madura los agarró sin previo aviso, pero "los años no pasan en vano" -Decía mi abuelo.

La crisis nos obliga a reinventarnos, ser un poco más creativos, aunque no haya mucho a que aspirar, sin embargo, la juventud es algo que vive en nuestro corazón y no, en los números de la cédula.

A pesar de la situación, que para ahora es lo que todos tenemos en "común". Él "Sr. de los cepillados", como los estudiantes le llaman, se levanta temprano a creer en una Venezuela de oportunidades, sin amilanarse ante el desánimo que nos arropa en ciertos días.
Viva el ingenio, viva el día de hoy, porque el mañana no es seguro y nuestros días, como el de todos, son finitos.



¡Viva Venezuela!

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